De nuevo por Montjuïc para visitar los jardines de Laribal. Unos jardines realizados por el famoso arquitecto paisajista Nicolas Forestier, junto al también arquitecto y paisajista Nicolau Maria Rubió i Tudurí, para la exposición internacional de Barcelona de 1929.
Nos podemos encontrar con unos jardines en pendiente pero muy ordenados en diferentes terrazas y donde se aprovecha el desnivel para colocar grandes escalinatas y saltos de agua, además de dejar los laterales para crear rampas de bajada, más cómodas de bajar.
Los jardines tienen tanto una cuidada arquitectura como una variada vegetación integrada perfectamente en el entorno. Sobre todo de árboles podemos encontrar desde frutales como naranjos, nísperos e higueras a palmeras, cipreses, pinos, arboles del paraíso... Y plantas clásicas en palacios, como los rosales, geranios, acuáticas, y rodeado todo por aromáticas como romeros, lavandas...
Las cascadas van arropando el recorrido por el jardín con el relajante sonido de la caida del agua. Entre estas cascadas nos podemos encontrar desde cascadas de estilo árabe como la de la portada, en donde el agua discurre por la baranda de las escaleras hasta otras de un carácter muy cuidado, como la cascada de la fuente del gato.
Siguiendo el recorrido hacia la izquierda de los jardines podemos encontrar una estructura de arte topinario realizada con cipreses, que toma el nombre de: "Glorieta de los cipreses", ya que es un cruce de caminos entre diferentes zonas del jardín.
Y desde ahí optar por unos caminos u otros, ya que para ver bien el jardín hay que dar varias vueltas por el mismo, pues, aunque no se trate de un laberinto, cada camino nos dirige a diferentes zonas que luego conducen a otras y así logra, que cada vez que lo visitemos descubramos nuevas cosas.
Pues el camino va descubriendo llamativas y variadas piezas de arte, que a su vez están rodeadas de exuberante vegetación a su alrededor para que no las descubramos a simple vista, sino cuando llegamos hasta las mismas.
La fuente del gato es uno de los mayores atractivos del jardín. Aunque ya se dice que juntar gatos con agua no es una buena opción. Aquí el gato se quedó petrificado por el baño y desde entonces es un compañero inseparable en las fiestas populares.
Otro gato trataba de cazar unos mirlos que estaban comiéndose naranjas de un naranjo, y del susto que se llevó por la petrificación del gato de la fuente se quedó tieso como una plancha de metal. Y ahí la segunda historia inventada que se me acaba de ocurrir. Eso si, las naranjas no había quien las alcanzara, un fenómeno muy común en Barcelona en general, pues todas las naranjas de la parte inferior de los naranjos suele desaparecer como por arte de magia.
En el parque hay muchas más fuentes parecidas a la del gato. A mi me gustó mucho esta que tiene un fauno riendo, y de la que más que emanar agua parece como si le rebosara por la boca. Lo que le da un aspecto mucho más místico,
Jardines formales que invitan al reposo también van apareciendo entre los caminos.
Y para acabar las escaleras del generalife, que comunican los jardines de Laribal con los jardines del teatro Griego. Otro jardín digno de ver, y que solo está separado por una puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario