Llegué al valle del Jerte unos días antes de la famosa floración de sus cerezos, lo que me permitió ver el valle tranquilamente. Contemplando unas vistas, que si bien no estaban floridas, tampoco lo estaban atestadas de gente.
La vista de los cerezos sin flores tampoco desmerece, es un valle muy llamativo. Con un paisaje por un lado cercano, pero a la vez algo exótico. Algo a lo que la climatología también acompañaba el día de mi visita, con un cielo tan azul que las vistas del valle eran espectaculares