La despoblación rural es un serio problema que amenaza a España, aunque mudarse al mundo rural tiene más trabas de las que se supone. Es la conclusión a la que he llegado después de viajar por Asturias, tratando de conocer qué iniciativas reales existen frente al despoblamiento en los municipios con mayores problemas.
Los medios, con un poco más de optimismo que de veracidad, muestran unas posibilidades de volver al mundo rural algo idílicas, en las que pueblos deseosos de nuevos vecinos ofrecen todas las posibilidades para ello, pero la realidad es muy diferente.