Para continuar con el periplo aventurero del blog, en esta ocasión traigo una excursión al parque nacional de Skaftafell, en Islandia. Un parque en el que se pueden encontrar varios de los atractivos naturales más llamativos del país.
De excursión por Skaftafell nos podemos encontrar desde lenguas de glaciar, con sus largos nombres, una cuidada flora y fauna, y también con una de las cascadas más famosas de Islandia, la cascada de Svartifoss.
El parque dispone de varias rutas por el mismo con diferentes niveles de dificultad. En general para las zonas más destacadas como la cascada hay sencillas rutas con amplios puentes y caminos sin mucha piedra de por medio. Pero también, si estamos en un buen nivel de forma física merece la pena subir por la zona más cercana a la lengua del glaciar para contemplar desde arriba todo su explendor.
La imagen del camino que va hacia Svartifoss nos hace hacernos una idea de que es un camino fácil y muy llevadero, pues esta lleno de simpáticos turistas. La imagen del glaciar, por contra, demuestra que a veces compensa escoger el camino más difícil, a pesar de que pueda resultar más duro. Ya que si la cascada es espectacular, la enorme lengua skaftafellsjökull, hace que nos sintamos realmente pequeños ante la magnitud que puede tener la naturaleza en su estado más puro.
Pero la mejor parte siempre, es hacer todos los caminos posibles, habiendo oportunidad y fuerzas ¿porqué no intentarlo?. Y no es necesario tener excesiva fuerza física, ya que como diría alguien de quien me gustan bastante sus aventuras, como es Jesús Calleja: Que, a veces nuestro problema para alcanzar ciertos objetivos es más mental que físico. Si tenemos una mentalidad positiva hacia nuestro objetivo veremos que somos como esas pequeñas hormigas que sin prisa pero sin pausa consiguen llegar arriba del todo.
Además, por el camino siempre nos encontramos curiosas sorpresas, en este caso fue una curiosa seta dorada en medio de un montón de musgo. Desconozco la especie que puede ser, pero creo que es la única seta que vi en todo Islandia. Asique dicho sea de paso, en Islandia hay setas, aunque no se cuantas.
Y hablando ya a nivel de flora y fauna, Skaftafell es un parque en el que se puede encontrar un montón de especies diferentes. Y muchas con flores, como por ejemplo angélicas, ranúnculos, dríadas, epilobios, saxífragas, geranios, calthas... y otras muchas más especies que demuestran que a pesar del frío, en estas latitudes también existe color y variedad.
Pero la mejor parte siempre, es hacer todos los caminos posibles, habiendo oportunidad y fuerzas ¿porqué no intentarlo?. Y no es necesario tener excesiva fuerza física, ya que como diría alguien de quien me gustan bastante sus aventuras, como es Jesús Calleja: Que, a veces nuestro problema para alcanzar ciertos objetivos es más mental que físico. Si tenemos una mentalidad positiva hacia nuestro objetivo veremos que somos como esas pequeñas hormigas que sin prisa pero sin pausa consiguen llegar arriba del todo.
Además, por el camino siempre nos encontramos curiosas sorpresas, en este caso fue una curiosa seta dorada en medio de un montón de musgo. Desconozco la especie que puede ser, pero creo que es la única seta que vi en todo Islandia. Asique dicho sea de paso, en Islandia hay setas, aunque no se cuantas.
Y hablando ya a nivel de flora y fauna, Skaftafell es un parque en el que se puede encontrar un montón de especies diferentes. Y muchas con flores, como por ejemplo angélicas, ranúnculos, dríadas, epilobios, saxífragas, geranios, calthas... y otras muchas más especies que demuestran que a pesar del frío, en estas latitudes también existe color y variedad.
Con sus nombres en islandés tan curiosos como: Geldingahnappur, blágresi, blaklukka, gullisteinbrjótur... Aquí una parte del mapa de las plantas más comunes del parque.
Y ya abajo en el glaciar, aunque tengamos sugerentes pedazos de hielo al alcance de nuestra mano, no es que sea recomendable comérselos. Pero es algo que no se puede hacer todos los días, asique si en alguna ocasión estáis frente a esa tesitura saber que lo peor que os puede pasar es algún ligero problema de tripa por el frío. Yo, por mi parte me comí 3 pedazos de hielo y tan bien que me sentaron. Saber también que en general en Islandia el agua viene casi toda de glaciares, asique la única diferencia es que se toma algo menos fría si la tomamos del grifo (es una de las mejores aguas que hay).
Para hacernos una idea del tamaño de los pedazos de hielo solo tenemos que fijarnos en el señor que hay a la izquierda de la imagen. Si nos fijamos más en profundidad en los detalles también veremos que está en camiseta y pantalón corto. Tenía una historia particular, que al vernos hay dando mordiscos al hielo, le debimos parecer gente amistosa y nos la contó. Se estaba haciendo todo el recorrido de su visita turística corriendo, como si fuera una especie de Forrest Gump moderno. Y no podía parar de correr y correr, tanto que habló con nosotros sin parar de correr. Historias que suceden en el camino...
Y para terminar, además de contemplar la inmensidad que se observa desde lo alto del parque, seguro que no os habéis fijado en el centro de la primera foto de este post... Si, también hay quien se dedica a hacer posturas de yoga en lugares así.
Y ya abajo en el glaciar, aunque tengamos sugerentes pedazos de hielo al alcance de nuestra mano, no es que sea recomendable comérselos. Pero es algo que no se puede hacer todos los días, asique si en alguna ocasión estáis frente a esa tesitura saber que lo peor que os puede pasar es algún ligero problema de tripa por el frío. Yo, por mi parte me comí 3 pedazos de hielo y tan bien que me sentaron. Saber también que en general en Islandia el agua viene casi toda de glaciares, asique la única diferencia es que se toma algo menos fría si la tomamos del grifo (es una de las mejores aguas que hay).
Para hacernos una idea del tamaño de los pedazos de hielo solo tenemos que fijarnos en el señor que hay a la izquierda de la imagen. Si nos fijamos más en profundidad en los detalles también veremos que está en camiseta y pantalón corto. Tenía una historia particular, que al vernos hay dando mordiscos al hielo, le debimos parecer gente amistosa y nos la contó. Se estaba haciendo todo el recorrido de su visita turística corriendo, como si fuera una especie de Forrest Gump moderno. Y no podía parar de correr y correr, tanto que habló con nosotros sin parar de correr. Historias que suceden en el camino...
Y para terminar, además de contemplar la inmensidad que se observa desde lo alto del parque, seguro que no os habéis fijado en el centro de la primera foto de este post... Si, también hay quien se dedica a hacer posturas de yoga en lugares así.
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