Esta pasada primavera me decidí por probar el método de cultivo de las tres hermanas. Un antiguo método de cultivo utilizado por los indígenas de América del norte para mejorar el rendimiento de sus cultivos, cultivando en un mismo espacio 3 cultivos diferentes.
Con este método, que también se conoce como Milpa, se cultivan conjuntamente calabazas y maíz junto con judías o fréjoles.
La teoría es sencilla, cada una de las plantas cumple una función dentro del cultivo y tiene necesidades diferentes que hacen que crezcan perfectamente en armonía.
- Calabaza: Con sus grandes hojas cubre el suelo por completo manteniendolo fresco y húmedo frente a la radiación solar.
- Maíz: con sus largas varas hacia arriba no entorpece el crecimiento de la calabaza y sirve de guía para que las judías o los fréjoles puedan trepar.
- Judías: pueden ser otras leguminosas trepadoras captan el nitrógeno de la atmósfera y lo depositan en el sustrato, de donde la calabaza y el maíz pueden tomar parte.
Así con estas sencillas pautas empecé a realizar el cultivo. Como en casa no dispongo de sitio suficiente como para realizar una prueba como esta decidí que tomaría un pequeño espacio en el huerto comunitario del Solar de Grilo para realizarlo. Era un espacio nuevo, asique usé la tierra que había disponible y le puse un poco de acolchado previo al plantado para que fuera tomando un poco de vida,
El principio fue muy prometedor, tenía semillas de calabaza que me regaló una amiga de las que cultiva en la Sierra, unas semillas de maíz rojo y otras de maíz azul que cogí en el banco de intercambio de semillas (Intercambio de semillas) y en el huerto tenían semillas de judías verdes. Conseguí todas las semillas necesarias sin necesidad de comprar nada. Las puse a germinar intentando seguir un poco de orden: primero el maíz y las calabazas y después directamente las judías en el sustrato.
Una vez germinadas las fui pasando a semilleros para después trasladarlos ya con un cierto tamaño a la huerta. Aunque este paso lo podría haber realizado directamente en la tierra, pero llevando más tiempo la germinación y el crecimiento inicial.
Una vez fueron creciendo las plantas las fuí plantando en su lugar definitivo. Ahí se desarrollaron perfectamente y crecieron bastante en su etapa inicial.
Asique ya aproveché para plantar las judías entre las matas colocadas de maíces y calabazas. Bueno, más bien situadas cerca de los pies de los maíces para que en cuanto crecieran un poco empezaran a trepar por estos. Y empezó a crecer ya espectacularmente.
Incluso las calabazas empezaron rápidamente a dar sus frutos y las judías no se estaban desarrollando aún mucho. Empecé a pensar toda la cosecha que aquello iba a dar si seguía creciendo tan rapido y me alegré bastante.
Después llegó el calor fuerte y, unido a una bajada creciente del nivel de riegos que había que dar al huerto, las plantas empezaron a desfallecer. Muriendo prácticamente todas las judías y dejando los maíces débiles.
Y el desfallecimiento por falta de riego suficiente, unido a otra serie de factores como el de que algunas zonas fueron pisadas o que el suelo estaba poco preparado, provocó un resentimiento general del método que hizo que al final la única producción dada haya sido una calabaza. Calabaza que luego desapareció un día sin más por arte de magia. Asíque no pude siquiera coger semillas para el año que viene.
La verdad, esque al ser la primera vez que cultivo en un huerto urbano comunitario pues no controlaba muchos parámetros necesarios para un correcto desarrollo. Y tampoco he podido ir el suficiente tiempo como para controlar el correcto riego, pues en casa es más facil de controlar que yendo exclusivamente al huerto para ver como va. Pero, lo importante es el aprendizaje conseguido. El año que viene lo volveré a intentar de nuevo. Esta vez con todo el conocimiento adquirido de este año, y espero entonces poder contar este método como un sinónimo de éxito. Ya que esta vez el fallo no ha estado en el método, sino en otros condicionantes.
Una vez fueron creciendo las plantas las fuí plantando en su lugar definitivo. Ahí se desarrollaron perfectamente y crecieron bastante en su etapa inicial.
Asique ya aproveché para plantar las judías entre las matas colocadas de maíces y calabazas. Bueno, más bien situadas cerca de los pies de los maíces para que en cuanto crecieran un poco empezaran a trepar por estos. Y empezó a crecer ya espectacularmente.
Incluso las calabazas empezaron rápidamente a dar sus frutos y las judías no se estaban desarrollando aún mucho. Empecé a pensar toda la cosecha que aquello iba a dar si seguía creciendo tan rapido y me alegré bastante.
Después llegó el calor fuerte y, unido a una bajada creciente del nivel de riegos que había que dar al huerto, las plantas empezaron a desfallecer. Muriendo prácticamente todas las judías y dejando los maíces débiles.
Y el desfallecimiento por falta de riego suficiente, unido a otra serie de factores como el de que algunas zonas fueron pisadas o que el suelo estaba poco preparado, provocó un resentimiento general del método que hizo que al final la única producción dada haya sido una calabaza. Calabaza que luego desapareció un día sin más por arte de magia. Asíque no pude siquiera coger semillas para el año que viene.
La verdad, esque al ser la primera vez que cultivo en un huerto urbano comunitario pues no controlaba muchos parámetros necesarios para un correcto desarrollo. Y tampoco he podido ir el suficiente tiempo como para controlar el correcto riego, pues en casa es más facil de controlar que yendo exclusivamente al huerto para ver como va. Pero, lo importante es el aprendizaje conseguido. El año que viene lo volveré a intentar de nuevo. Esta vez con todo el conocimiento adquirido de este año, y espero entonces poder contar este método como un sinónimo de éxito. Ya que esta vez el fallo no ha estado en el método, sino en otros condicionantes.
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