Llevo ya un montón de post hablando de huertos urbanos, mostrando diferentes iniciativas, pero aún no me he parado a definir muy bien que es eso de un huerto urbano, y de los tipos que nos podemos encontrar.
Hablar de huerto urbano es un concepto tan amplio como por ejemplo hablar de vegetarianismo. Concepto que se aplica a toda aquella gente que no es consumidora de carne o pescado, pero que engloba muchas otras maneras de alimentación, cada una con sus peculiaridades.
Aquí, a los huertos urbanos les pasa un poco lo mismo. Se entienden como espacios en la ciudad donde la gente cultiva cosas.
Pero si bien alguien vegetariano puede ser ovolactovegetariano, ovovegetariano, vegano, crudivegano, etc... Un urbanita horticultor puede estar en diferentes tipos de huertos según el emplazamiento donde esté, que puede ser de cualquier tipo en la ciudad: Desde una pequeña ventana en el salón de casa a un solar lleno de escombros, un patio, una azotea, un colegio... Pero también hay diferentes tipos de organización: Ya que pueden ser unipersonales, comunitarios, parcelarios...
Esto significa que de un concepto tan amplio como el de huerto urbano se puede ir ahondando en el concepto hasta llegar a cientos de posibilidades, que hacen que cada huerto, por pequeño o grande que sea se vuelva un espacio único.
La localización del huerto urbano marca bastante el tipo de huerto. Pues puede ser de lo más variopinta. Es un detalle a tener en cuenta, pues no solo marca el tipo de relaciones que se puedan establecer, sino que cosas cultivar. Hay huertos que nacen directamente por y para la comunidad, mientras que otros separados en parcelas crea también pequeñas comunidades variopintas con cada trozo de un estilo, mientras que en casa el huerto es generalmente unipersonal comunitario. Pues siempre se acaba compartiendo el resultado de las pequeñas cosechas con familiares y amigos.
El huerto en casa
Esta es quizás la idea de mucha gente cuando piensa en un huerto urbano, alguien con un patio trasero en casa que cultiva unas tomateras. Pero en casa se puede cultivar desde en el balcón, como en la azotea del edificio (con permiso de los vecinos) hasta en un vaso de agua en la cocina. Hay tantas posibilidades de cultivo que en cualquier casa se puede cultivar algo comestible. Incluso si no hubiera por ejemplo nada de luz. O donde crees que los franceses sacaban sus champiñones, ni más ni menos que de sus oscuras y húmedas bodegas de ricos Burdeos. Sobre todo cuando se quiere cultivar algo en una casa, lo más importante es saber que plantas se adaptan. Por ejemplo las pequeñas verduras de ensalada esas tan gourmet en los mercados son facilisimas de cultivar en casa. Y además recién cortadas están mucho más ricas.
Huerto en un espacio publico
Muchos espacios públicos en las ciudades, que se encuentran sin uso, son aprovechados por los vecinos para crear fantásticos vergeles en medio de toneladas de hormigón y asfalto. Estos agradables lugares suelen ser espacios de intercambio de ideas entre todo tipo de hortelanos, que gustan de cultivar desde habas hasta la filosofía. Normalmente la producción no prima tanto como el hecho de aprender y experimentar, aunque si sale una buena cosecha tampoco se desprecia. Ante el crecimiento de estos lugares, en algunas parcelas se empezaron a ofertar huertos de alquiler, o directamente se empezaron a dar por parte de algunas administraciones huertos parcelados, como el que comenté hace poco de Móstoles. O ya incluso, las propias administraciones están empezando a apoyar las iniciativas vecinales, dotando de espacios e infraestructura a estos extraños ciudadanos que demandan poder cultivar en la ciudad. Aunque aún queda camino, pero pasito a pasito se irá logrando, ya que la mayoría de huertos urbanos comunitarios son ignorados constantemente por las administraciones actualmente. Que si bien reciben muy buenas criticas de parte de la ciudadanía y de los medios de comunicación, ciertos ayuntamientos deciden no tomarlos en cuenta.
Huertos en colegios, centros educativos u otros centros
Viendo el buen funcionamiento de los huertos comunitarios vecinales, muchos colegios e instituciones tomaron la iniciativa de empezar también a sembrar pequeños bancales para aprender también un poco sobre la naturaleza y de donde vienen las cosas que comemos. En el caso de los colegios es una excelente opción para que los niños aprendan y vuelvan a la vez a tener un contacto más cercano con la naturaleza desde pequeños. Aunque no solo es en centro educativos, en centros sanitarios por ejemplo se ponen como complemento en las terapias y tratamientos de los pacientes por todas las propiedades buenas que tienen. Ya que aquí volvemos al concepto de que cultivando plantas y hortalizas no solo obtenemos comida, sino otros muchos beneficios, en su gran mayoría mentales.
Huertos en lugares de ocio y empresas
En estos espacios también están surgiendo huertos. Un caso muy llamativo es el de algunos hoteles, que concienciados quizás por la soberanía alimentaria o puede ser que más por moda están aprovechando espacios muertos que tenían para incorporar un poquito de vida comestible entre sus huéspedes. Pero no solo en hoteles está el tema, en algunas empresas se instalan zonas de huerta para que los empleados se encuentren más confortables y trabajen mejor. Volviendo una vez más al beneficio mental que provocan.
Aunque no todo es bonito cuando juntamos moda y huertos, ya que en ciertos aspectos es triste como tienen las plantas en ciertos espacios, que por moda ponen 4 plantas ahí sin ningún cuidado. Pero siempre queda el hecho de que en otros, en cambio, es increíble el resultado final.
Esta organización de tipos es muy general pero atiende un poco según los diferentes conceptos por los que surgen estos nuevos espacios de cultivo dentro de las ciudades. Un anhelo quizás a ese mundo rural perdido en nuestra sociedad, que provoca un ligero reverdecimiento del gris dominante. Y ¿He dicho ya que no todo es cultivar para producir y algo sobre beneficio mental? Pues eso, que aunque los huertos urbanos sean huertos su finalidad va más haya de cualquier ideal productivo. Que si bien es un plus añadido, hemos de darnos cuenta de que también nos alimentan de otras muchas cosas.
Y dejo como prueba de ello un divertido video de Esta es una plaza en donde su querido espacio hortelano se convierte es una interpretación de la pelicula "Amanece que no es poco" para pedir al ayunta poder continuar con su proyecto. Autoriza que no es poco. Además su definición como agrohipsters no tiene perdida.
Esto significa que de un concepto tan amplio como el de huerto urbano se puede ir ahondando en el concepto hasta llegar a cientos de posibilidades, que hacen que cada huerto, por pequeño o grande que sea se vuelva un espacio único.
La localización del huerto urbano marca bastante el tipo de huerto. Pues puede ser de lo más variopinta. Es un detalle a tener en cuenta, pues no solo marca el tipo de relaciones que se puedan establecer, sino que cosas cultivar. Hay huertos que nacen directamente por y para la comunidad, mientras que otros separados en parcelas crea también pequeñas comunidades variopintas con cada trozo de un estilo, mientras que en casa el huerto es generalmente unipersonal comunitario. Pues siempre se acaba compartiendo el resultado de las pequeñas cosechas con familiares y amigos.
El huerto en casa
Esta es quizás la idea de mucha gente cuando piensa en un huerto urbano, alguien con un patio trasero en casa que cultiva unas tomateras. Pero en casa se puede cultivar desde en el balcón, como en la azotea del edificio (con permiso de los vecinos) hasta en un vaso de agua en la cocina. Hay tantas posibilidades de cultivo que en cualquier casa se puede cultivar algo comestible. Incluso si no hubiera por ejemplo nada de luz. O donde crees que los franceses sacaban sus champiñones, ni más ni menos que de sus oscuras y húmedas bodegas de ricos Burdeos. Sobre todo cuando se quiere cultivar algo en una casa, lo más importante es saber que plantas se adaptan. Por ejemplo las pequeñas verduras de ensalada esas tan gourmet en los mercados son facilisimas de cultivar en casa. Y además recién cortadas están mucho más ricas.
Huerto en un espacio publico
Muchos espacios públicos en las ciudades, que se encuentran sin uso, son aprovechados por los vecinos para crear fantásticos vergeles en medio de toneladas de hormigón y asfalto. Estos agradables lugares suelen ser espacios de intercambio de ideas entre todo tipo de hortelanos, que gustan de cultivar desde habas hasta la filosofía. Normalmente la producción no prima tanto como el hecho de aprender y experimentar, aunque si sale una buena cosecha tampoco se desprecia. Ante el crecimiento de estos lugares, en algunas parcelas se empezaron a ofertar huertos de alquiler, o directamente se empezaron a dar por parte de algunas administraciones huertos parcelados, como el que comenté hace poco de Móstoles. O ya incluso, las propias administraciones están empezando a apoyar las iniciativas vecinales, dotando de espacios e infraestructura a estos extraños ciudadanos que demandan poder cultivar en la ciudad. Aunque aún queda camino, pero pasito a pasito se irá logrando, ya que la mayoría de huertos urbanos comunitarios son ignorados constantemente por las administraciones actualmente. Que si bien reciben muy buenas criticas de parte de la ciudadanía y de los medios de comunicación, ciertos ayuntamientos deciden no tomarlos en cuenta.
Huertos en colegios, centros educativos u otros centros
Viendo el buen funcionamiento de los huertos comunitarios vecinales, muchos colegios e instituciones tomaron la iniciativa de empezar también a sembrar pequeños bancales para aprender también un poco sobre la naturaleza y de donde vienen las cosas que comemos. En el caso de los colegios es una excelente opción para que los niños aprendan y vuelvan a la vez a tener un contacto más cercano con la naturaleza desde pequeños. Aunque no solo es en centro educativos, en centros sanitarios por ejemplo se ponen como complemento en las terapias y tratamientos de los pacientes por todas las propiedades buenas que tienen. Ya que aquí volvemos al concepto de que cultivando plantas y hortalizas no solo obtenemos comida, sino otros muchos beneficios, en su gran mayoría mentales.
Huertos en lugares de ocio y empresas
En estos espacios también están surgiendo huertos. Un caso muy llamativo es el de algunos hoteles, que concienciados quizás por la soberanía alimentaria o puede ser que más por moda están aprovechando espacios muertos que tenían para incorporar un poquito de vida comestible entre sus huéspedes. Pero no solo en hoteles está el tema, en algunas empresas se instalan zonas de huerta para que los empleados se encuentren más confortables y trabajen mejor. Volviendo una vez más al beneficio mental que provocan.
Aunque no todo es bonito cuando juntamos moda y huertos, ya que en ciertos aspectos es triste como tienen las plantas en ciertos espacios, que por moda ponen 4 plantas ahí sin ningún cuidado. Pero siempre queda el hecho de que en otros, en cambio, es increíble el resultado final.
Esta organización de tipos es muy general pero atiende un poco según los diferentes conceptos por los que surgen estos nuevos espacios de cultivo dentro de las ciudades. Un anhelo quizás a ese mundo rural perdido en nuestra sociedad, que provoca un ligero reverdecimiento del gris dominante. Y ¿He dicho ya que no todo es cultivar para producir y algo sobre beneficio mental? Pues eso, que aunque los huertos urbanos sean huertos su finalidad va más haya de cualquier ideal productivo. Que si bien es un plus añadido, hemos de darnos cuenta de que también nos alimentan de otras muchas cosas.
Y dejo como prueba de ello un divertido video de Esta es una plaza en donde su querido espacio hortelano se convierte es una interpretación de la pelicula "Amanece que no es poco" para pedir al ayunta poder continuar con su proyecto. Autoriza que no es poco. Además su definición como agrohipsters no tiene perdida.
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