Las casas con tejado de césped son ya son meros ejemplares de muestra, de lo que era un tipo de antiguas construcciones nórdicas pensadas para la máxima eficiencia energética posible. Que se conseguía con un buen aislante térmico, ecológico y natural, que además cada año abrigaba un poco más.
Siempre he sentido una verdadera atracción por este tipo de casas recubiertas de césped. Verlas en fotografías de revistas y postales, con ese aspecto tan llamativo y acogedor, provocó hace ya mucho tiempo que me lo apuntara como una cosa que tendría que ver alguna vez en mi vida.
Y ese día que uno se marca llegó finalmente. Siempre pensé que acabaría viendo las que hay en las islas Feroe, pero al final he conocido primeramente las casas de césped islandesas. En persona son más especiales, sobre todo cuando se ven a lo lejos, que se medio intuyen sus formas. No parecen reales, te tienes que acercar a tocarla para cerciorarte de que no han sido sacadas de un cuento. Pues entre el tejado lleno de hierba, las piedras envueltas en musgo y las minúsculas ventanas de madera que se entre asoman, parece que estén diseñadas también para camuflarse entre el paisaje,
Una vez delante de la casa vienen a la imaginación toda clase de seres que pueblan la tierra media, y te evades extrapolando la realidad un rato largo, entras en la casa, piensas en como vivirá esa gente ahí en medio de la nada y te sientes como un conquistador vikingo hasta que llega un coche y aterrizas nuevamente. Pues claro, los pocos ejemplos que hay están marcados perfectamente en los mapas y son objeto de visita del resto de turistas atraídos por su encanto.
Aquí una casita que puede ser igual de llamativa que las casas de la comarca. Con una entrada perfecta en altura para hobbits, pues el resto tenemos que pasar agachados, aunque no seamos altos.
En otros lugares se han restaurado casas para crear restaurantes. Con un aspecto algo más moderno, con ventanas amplias y chimenea. Lugar que es muy agradable para protegerse de las inclemencias del tiempo y la lluvia inminente que se aprecia en la fotografía.
Si miramos estás casas de hierba desde atrás parecen bolas de césped que han caído ahí en medio de la nada. En esta imagen se aprecia muy bien en que lado es en el que pegaba más el fresco. Pues no debemos olvidar que la misión de estas cubriciones es la de proteger del frío y como colchón ante la incidencia del viento.
Y como no podía ser de otra manera, también hay detalles de las plantas que cubren estas casas. En general no es todo la hierba en que se suele pensar. En gran parte son estás plantas ramificadas que asemejan a césped mezclados con otras muchas plantas y musgo. Son plantas que parecen muy duras, pero que también echan inclusive flores.
Y la pregunta, ¿A quién no le gustaría tener una casa tan de cuento como estás? Ya restaurada y con todas las comodidades para vivir, por supuesto. Esto es ya tener la naturaleza en casa en su máxima expresión, pues casi podríamos decir que estamos envueltos de naturaleza en un espacio así. Y lo que es mejor, si la cubierta la hiciéramos bien resistente podríamos tener en verano nuestro mirador particular para contemplar el horizonte. ¿O preferirias vivir en una casa semejante en forma pero con un aspecto tan poco natural como estas?
Esta ultima foto está un poco condicionada por sus colores grises que se contrastan con el desapetecible tiempo. Pero me viene a la cabeza pensar que estas casas podrían estar recubiertas también de césped, y como que daría más alegría a sus moradores vivir en un espacio menos artificial. Aunque tampoco es todo artificial, ya que algo de naturaleza alrededor si tenían. Es una pena que en esta foto no se aprecie del todo la pedazo barrera de arboles que hay por detrás para protegerse del viento.
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