Para realizar vermicompostaje en casa no se necesitan grandes nociones. Mientras se cumplan unas reglas básicas muy sencillas se puede hacer sin ningún problema en cualquier casa. Lo importante es coger la costumbre de ir separando los restos apropiados.
Según se va realizando el proceso se va generando el apreciado humus de lombriz, y también, con el exceso de líquidos el conocido como lixiviado, que nos servirán para abonar nuestras plantas y tener un excelente jardín orgánico, además del reciclaje de todos esos restos.
Motivos para vermicompostar
El vermicompostaje no solo es un medio para conseguir una tierra rica y natural a través de nuestros desechos. Vermicompostando todos esos restos de frutas, verduras, restos de plantas y algún que otro cartón, conseguimos también generar menos cantidad de basura.
Al igual que otros residuos del hogar que separamos, todos los restos orgánicos que no tiramos al cubo entran en su propio proceso particular de reciclaje. Con este reciclaje más acorde a su naturaleza logramos evitar la mezcla con otros residuos en el vertedero, que pueden provocar todo tipo de reacciones desfavorables. Ayudando también a reducir su carga de trabajo, evitando su transporte, el almacenaje, el procedimiento de separación y su procesamiento.
Las nociones básicas previas
El tema más importante es que haya un correcto equilibrio en el vermicompostador. No debes asustaste sobre este punto, ya que es fácil de conseguir. El equilibrio se consigue manteniendo una humedad adecuada, en donde se vea que las cosas dentro no están secas, pero tampoco empapadas. Y prácticamente se logra solo, puesto que muchas cosas que echaremos, como las frutas o las verduras de hoja verde tienen mucho contenido de agua en su interior. El otro punto es el correcto equilibrio entre nitrógeno y carbono, que en muchos lugares indica que debe ser 1 a 30. Los restos ricos en nitrógeno suelen ser las hojas verdes, y los ricos en carbono las cascaras y hojas secas. Es buena idea para ello comenzar nuestro primer proyecto con una buena capa de materia seca para asegurarnos.
Que podemos vermicompostar
Podemos vermicompostar muchas cosas que generamos habitualmente en casa:
Debemos tener más cuidado a veces con otras cosas añadidas al vermicompostador, como huesos o restos de patatas o cebolla, que suelen germinar sin problemas ahí dentro. En ese caso podemos plantarlas en un tiesto o bien cortar el brote y reincorporarlas a la caja. Los huesos de aguacate también salen muy bien en el calor de la caja y en primavera los tenemos listos para plantar de semilla (que para regalar están muy bonitos).
Los posos de café, té y otras infusiones
Sin necesidad de romper la bolsita (pues suelen ser biodegradables), aunque si son de las que aún tienen grapa si se debe quitar.
Las cascaras de huevo
Es aconsejable machacarlas un poco antes de echarlas, pues tardan bastante tiempo en descomponerse. A cambio va aportando calcio a la mezcla. También va reaccionando con los restos más ácidos. Como si del experimento de disolver mármol con jugo de limón se tratara.
Restos de plantas, hojas o pequeñas ramas
Las nociones básicas previas
El tema más importante es que haya un correcto equilibrio en el vermicompostador. No debes asustaste sobre este punto, ya que es fácil de conseguir. El equilibrio se consigue manteniendo una humedad adecuada, en donde se vea que las cosas dentro no están secas, pero tampoco empapadas. Y prácticamente se logra solo, puesto que muchas cosas que echaremos, como las frutas o las verduras de hoja verde tienen mucho contenido de agua en su interior. El otro punto es el correcto equilibrio entre nitrógeno y carbono, que en muchos lugares indica que debe ser 1 a 30. Los restos ricos en nitrógeno suelen ser las hojas verdes, y los ricos en carbono las cascaras y hojas secas. Es buena idea para ello comenzar nuestro primer proyecto con una buena capa de materia seca para asegurarnos.
Que podemos vermicompostar
Podemos vermicompostar muchas cosas que generamos habitualmente en casa:
- Todos los restos de frutas y verduras.
- Los posos de café, té y otras infusiones.
- Las cascaras de huevo.
- Restos de plantas, hojas o pequeñas ramas.
- Trozos de cartón o periódico no tintado en color.
- Algunos alimentos procesados.
- Pelo, polvo, serrín...
Los restos de frutas y verduras
Podemos vermicompostar todos los restos de fruta y verdura que consumimos en casa. Incluidos los cítricos, aunque cuidando su cantidad para que no acidifiquen en exceso el proceso. Si por ejemplo tenemos un jardín con plantas acidofolias como rosales u hortensias, un humus con mucho resto de naranjas sería estupendo. Por ejemplo, aquí tenemos unas cascaras de naranja en pleno proceso de descomposición, sin ningún problema.
Debemos tener más cuidado a veces con otras cosas añadidas al vermicompostador, como huesos o restos de patatas o cebolla, que suelen germinar sin problemas ahí dentro. En ese caso podemos plantarlas en un tiesto o bien cortar el brote y reincorporarlas a la caja. Los huesos de aguacate también salen muy bien en el calor de la caja y en primavera los tenemos listos para plantar de semilla (que para regalar están muy bonitos).
Los posos de café, té y otras infusiones
Sin necesidad de romper la bolsita (pues suelen ser biodegradables), aunque si son de las que aún tienen grapa si se debe quitar.
Las cascaras de huevo
Es aconsejable machacarlas un poco antes de echarlas, pues tardan bastante tiempo en descomponerse. A cambio va aportando calcio a la mezcla. También va reaccionando con los restos más ácidos. Como si del experimento de disolver mármol con jugo de limón se tratara.
Los restos de las plantas de casa también pueden ir al vermicompostador. Todas esas hojas y flores que se secan, tallos que se han podado, etc... Teniendo en cuenta, que los trozos más duros tardarán mucho más tiempo en descomponerse.
Trozos de cartón o periódico no tintado en color
Los trozos de cartón son muy útiles en los casos en los que añadamos mucha cantidad de elementos frescos al vermicompostador. Ya que así igualamos la relación nitrógeno-carbono, que en vermicompostadores urbanos suele ser un poco mala si no recurrimos. Además sirve para regular en contenido de humedad, pues absorbe el agua que se vaya desprendiendo de otros elementos y se desprende de ella también fácilmente si está seco lo de su entorno. Y por ultimo, también ayuda en la aireación en los primeros estados, donde hay pocas lombrices aún, ya que es un material muy poroso.
Alimentos procesados
Se pueden añadir restos de pan y algún resto de comida cocinada que no contenga mucha sal. Siempre en muy poca cantidad para que no altere el equilibrio. Además sobre todo el pan, en cuanto se humedece, enseguida es un festín para los organismos y las lombrices. Pero si llenáramos la caja de pan se haría una masa viscosa que ahogaría el proceso, por eso hay que tener cuidado.
Pelo, polvo, serrín...
Se puede añadir pelo sin problema al vermicompostador si no se usan productos tóxicos como tintes o algunos tipos de champus. También sirve el de nuestras mascotas. Cuando pasamos la escoba recogemos muchas migas y restos de polvo que también pueden descomponerse sin problema. Y si cortamos alguna madera y generamos serrín también se puede añadir.
Lo que no podemos
No es conveniente echar restos de carne ni pescado, pues además que generarían malos olores es probable que atraigan invitados no deseados. Tampoco los excrementos de nuestras mascotas, pues pueden contener bacterias dañinas, que al no llegar a una elevada temperatura dentro de la caja no se mueren.
Lombrices y otros organismos que realizan el proceso
Las lombrices de tierra están íntimamente ligadas al proceso de vermicompostaje, pero en realidad, a mi modo de ver no son los organismos principales del sistema. Si bien si son las protagonistas más visibles del proceso tienen tras de si millones de hongos y bacterias que han ido trabajando sin descanso en la descomposición de los restos.
Aún así, las lombrices son un elemento fundamental, ya que se encargan de comerse esas bacterias y hongos en las ultimas fases del proceso, dejando la tierra libre de posibles patógenos para las plantas. Sobre que lombrices usar, puedes echar un vistazo aquí: Lombrices de tierra.
También se pueden colar otros colaboradores en el proceso de transformación. Es habitual que se cuelen pequeñas moscas, hormigas, babosas, cochinillas y pequeños colembolos. Que no causan ningún problema en el proceso, salvo quizás las moscas, que resulten poco agradables al abrir la tapa con su revoloteo. Si queremos evitarlas, un truco sencillo es poner restos de periódico cortados en tiras u hojas secas por encima de los restos que vamos echando. Ya que las gusta estar por la superficie y con cierta humedad.
El mayor éxito se logra con el tiempo
Si es la primera vez que vas a tener un vermi no te desesperes si al principio cometes algunos errores. Lo más importante es aprender de ellos. El vermi necesita también un tiempo para ir convirtiéndose en un micro-ecosistema. Hemos de pensar, que de una mera caja, de plástico o madera pretendemos crear un foco de vida que procese nuestros restos orgánicos, y también necesita un cierto tiempo para ir desarrollándose. Después, con el tiempo ya habrá tiempo hasta de regalar lombrices de todas las que habrá ahí dentro.
Si te gustaría reciclar tus restos orgánicos vegetales y no puedes hacerlo en casa por el motivo que sea, también existen más opciones. En los pequeños pueblos es más fácil encontrar alguien que tenga una parcela cerca de casa, que esté encantado de tener comida gratuita para sus animales (como se hacia antiguamente), o que pueda verterla en un compostador donde echa todos los restos de las podas. En las ciudades es algo más complicado, pero actualmente en muchas ciudades están surgiendo huertos urbanos, en donde seguramente estén encantados de que les ayudes a generar tierra con tus restos. Es simplemente coger la costumbre e ir llevándolos cuando se acumulen, igual que por ejemplo con el vidrio.
Y el último párrafo es sobre las fotos que he puesto. Son todas del proceso de vermicompostaje. A mi me resulta bonito ver como tantos bichitos de diversa índole van transformando los restos de frutas en humus. Pero si no te resulta agradable, en ese caso es mejor utilizar mucho papel de periódico por encima para que todo el proceso suceda ajeno a la vista. Estéticamente es mucho mejor. Espero que te sea de utilidad el tutorial y resuelva todas las dudas posibles, sino, siempre puedes preguntar en los comentarios.
Los trozos de cartón son muy útiles en los casos en los que añadamos mucha cantidad de elementos frescos al vermicompostador. Ya que así igualamos la relación nitrógeno-carbono, que en vermicompostadores urbanos suele ser un poco mala si no recurrimos. Además sirve para regular en contenido de humedad, pues absorbe el agua que se vaya desprendiendo de otros elementos y se desprende de ella también fácilmente si está seco lo de su entorno. Y por ultimo, también ayuda en la aireación en los primeros estados, donde hay pocas lombrices aún, ya que es un material muy poroso.
Alimentos procesados
Se pueden añadir restos de pan y algún resto de comida cocinada que no contenga mucha sal. Siempre en muy poca cantidad para que no altere el equilibrio. Además sobre todo el pan, en cuanto se humedece, enseguida es un festín para los organismos y las lombrices. Pero si llenáramos la caja de pan se haría una masa viscosa que ahogaría el proceso, por eso hay que tener cuidado.
Pelo, polvo, serrín...
Se puede añadir pelo sin problema al vermicompostador si no se usan productos tóxicos como tintes o algunos tipos de champus. También sirve el de nuestras mascotas. Cuando pasamos la escoba recogemos muchas migas y restos de polvo que también pueden descomponerse sin problema. Y si cortamos alguna madera y generamos serrín también se puede añadir.
Lo que no podemos
No es conveniente echar restos de carne ni pescado, pues además que generarían malos olores es probable que atraigan invitados no deseados. Tampoco los excrementos de nuestras mascotas, pues pueden contener bacterias dañinas, que al no llegar a una elevada temperatura dentro de la caja no se mueren.
Lombrices y otros organismos que realizan el proceso
Las lombrices de tierra están íntimamente ligadas al proceso de vermicompostaje, pero en realidad, a mi modo de ver no son los organismos principales del sistema. Si bien si son las protagonistas más visibles del proceso tienen tras de si millones de hongos y bacterias que han ido trabajando sin descanso en la descomposición de los restos.
Aún así, las lombrices son un elemento fundamental, ya que se encargan de comerse esas bacterias y hongos en las ultimas fases del proceso, dejando la tierra libre de posibles patógenos para las plantas. Sobre que lombrices usar, puedes echar un vistazo aquí: Lombrices de tierra.
También se pueden colar otros colaboradores en el proceso de transformación. Es habitual que se cuelen pequeñas moscas, hormigas, babosas, cochinillas y pequeños colembolos. Que no causan ningún problema en el proceso, salvo quizás las moscas, que resulten poco agradables al abrir la tapa con su revoloteo. Si queremos evitarlas, un truco sencillo es poner restos de periódico cortados en tiras u hojas secas por encima de los restos que vamos echando. Ya que las gusta estar por la superficie y con cierta humedad.
El mayor éxito se logra con el tiempo
Si es la primera vez que vas a tener un vermi no te desesperes si al principio cometes algunos errores. Lo más importante es aprender de ellos. El vermi necesita también un tiempo para ir convirtiéndose en un micro-ecosistema. Hemos de pensar, que de una mera caja, de plástico o madera pretendemos crear un foco de vida que procese nuestros restos orgánicos, y también necesita un cierto tiempo para ir desarrollándose. Después, con el tiempo ya habrá tiempo hasta de regalar lombrices de todas las que habrá ahí dentro.
Si te gustaría reciclar tus restos orgánicos vegetales y no puedes hacerlo en casa por el motivo que sea, también existen más opciones. En los pequeños pueblos es más fácil encontrar alguien que tenga una parcela cerca de casa, que esté encantado de tener comida gratuita para sus animales (como se hacia antiguamente), o que pueda verterla en un compostador donde echa todos los restos de las podas. En las ciudades es algo más complicado, pero actualmente en muchas ciudades están surgiendo huertos urbanos, en donde seguramente estén encantados de que les ayudes a generar tierra con tus restos. Es simplemente coger la costumbre e ir llevándolos cuando se acumulen, igual que por ejemplo con el vidrio.
Y el último párrafo es sobre las fotos que he puesto. Son todas del proceso de vermicompostaje. A mi me resulta bonito ver como tantos bichitos de diversa índole van transformando los restos de frutas en humus. Pero si no te resulta agradable, en ese caso es mejor utilizar mucho papel de periódico por encima para que todo el proceso suceda ajeno a la vista. Estéticamente es mucho mejor. Espero que te sea de utilidad el tutorial y resuelva todas las dudas posibles, sino, siempre puedes preguntar en los comentarios.
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