Como me gusta compostar todos los restos vegetales de vez en cuando aparecen plantas por la terraza que no se ni lo que son. En parte se debe a que siempre hemos tenido la costumbre en mi casa de comer fruta en la terraza y echar las pipas por las jardineras. Costumbre más o menos vaga que me ha generado grandes alegrías al pasar los años. Otras veces surgen espontáneamente, bien porque las traiga algún pájaro o en tierra comprada.
El porque de la alegría es porque cuando ya uno ni se acuerda de que el verano anterior se lo pasó comiendo ciruelas y echando todos los huesos por ahí, aparece de repente un pequeño tallo que puede ser quizás de aque hueso de ciruela. Pero también puede ser un cerezo, un melocotonero o cualquier otro árbol del genero prunus. Porque ese año también había hecho lo mismo con esas frutas.
Asique sin idea de lo que puede ser decido dejarlo crecer y mientras pasa el tiempo. Después salen cosas como pequeños naranjos o mandarinos quizás, o los tan buscados kumquat de los que esparcí montones de semilla a propósito para tener esas diminutas naranjitas. Ahora, trascurrido un año el árbol está ya de un tamaño decente, que le indica un futuro prospero y fructífero dentro de unos pocos años.
Por ejemplo el año pasado descubrí que tras haber pasado varios años el prunus desconocido era un ciruelo. Dio sus primeros 2 frutos, pero antes de que me diera tiempo a sacarles una foto ya habían volado. La infractora que los hizo desaparecer luego dio parte de su cata, valorando los frutos como muy dulces y con mucho sabor. Algo bueno, pues en estos casos puede pasar que te salga cualquier cosa.
Me gusta la idea de pensar que si ahora consigo otro hueso nuevo de este ciruelo podría conseguir mi propia variedad pasados los años. Es casí un poco utopico, pero así se crearon muchas variedades de frutales. Pues al ser nuevo de semilla, sin injertar ni nada iría cogiendo sus propias características de adaptación.
Además como se puede apreciar en la foto, al haberlo sacado desde semilla lo he ido modelando al espacio para que crezca tapizando la pared. La verdad esque no se me dio el tema del todo bien porque alguna rama se me ha descentrado, pero yo me siendo orgulloso de mi trabajo.
También el año pasado puse a germinar las diminutas semillas de una pitahaya o fruta del dragón para ver que salía. Todo por comerme una y encontrar todas esas pequeñas semillas negras que tenia. El caso esque ahora ya están germinadas y tras haber pasado ya casi un año su tamaño es muy pequeño. Leí que para que den sus primeros frutos tendrán que pasar más de 10 años. Pero yo creo que si todo va bien y no me mudo o sucede algún imprevisto podré algún día conseguir uno. Todo es cosa de esperar.
Y hay más ejemplos, como cuando decidí poner a germinar las pipas de unas chirimoyas y ahora tengo en el baño una bonita composición de 3 chirimoyos atados junto con orquídeas y un tapiz inferior de soleroila. Eso me llevó conseguirlo también su tiempo, pero con paciencia he logrado que quede una composición muy exotica en un espacio relativamente pequeño.
En si la moraleja es que si uno tiene paciencia puede lograr con el tiempo muchas cosas. En la cuestión de las plantas solo es darles las condiciones propicias a cada una y respetar su crecimiento. Con el tiempo se van formando y creando su propio espacio tanto en la casa como en nuestra vida.
Como ultimo ejemplo dejo estas futuras flores del tatsoi, que, tras disfrutar de sus hojas para preparar toda clase de platos de invierno, ahora toca dejar que pase todo el proceso natural. Así conseguiré semillas nuevas para plantar el año que viene.
El porque de la alegría es porque cuando ya uno ni se acuerda de que el verano anterior se lo pasó comiendo ciruelas y echando todos los huesos por ahí, aparece de repente un pequeño tallo que puede ser quizás de aque hueso de ciruela. Pero también puede ser un cerezo, un melocotonero o cualquier otro árbol del genero prunus. Porque ese año también había hecho lo mismo con esas frutas.
Asique sin idea de lo que puede ser decido dejarlo crecer y mientras pasa el tiempo. Después salen cosas como pequeños naranjos o mandarinos quizás, o los tan buscados kumquat de los que esparcí montones de semilla a propósito para tener esas diminutas naranjitas. Ahora, trascurrido un año el árbol está ya de un tamaño decente, que le indica un futuro prospero y fructífero dentro de unos pocos años.
Por ejemplo el año pasado descubrí que tras haber pasado varios años el prunus desconocido era un ciruelo. Dio sus primeros 2 frutos, pero antes de que me diera tiempo a sacarles una foto ya habían volado. La infractora que los hizo desaparecer luego dio parte de su cata, valorando los frutos como muy dulces y con mucho sabor. Algo bueno, pues en estos casos puede pasar que te salga cualquier cosa.
Me gusta la idea de pensar que si ahora consigo otro hueso nuevo de este ciruelo podría conseguir mi propia variedad pasados los años. Es casí un poco utopico, pero así se crearon muchas variedades de frutales. Pues al ser nuevo de semilla, sin injertar ni nada iría cogiendo sus propias características de adaptación.
Además como se puede apreciar en la foto, al haberlo sacado desde semilla lo he ido modelando al espacio para que crezca tapizando la pared. La verdad esque no se me dio el tema del todo bien porque alguna rama se me ha descentrado, pero yo me siendo orgulloso de mi trabajo.
También el año pasado puse a germinar las diminutas semillas de una pitahaya o fruta del dragón para ver que salía. Todo por comerme una y encontrar todas esas pequeñas semillas negras que tenia. El caso esque ahora ya están germinadas y tras haber pasado ya casi un año su tamaño es muy pequeño. Leí que para que den sus primeros frutos tendrán que pasar más de 10 años. Pero yo creo que si todo va bien y no me mudo o sucede algún imprevisto podré algún día conseguir uno. Todo es cosa de esperar.
Y hay más ejemplos, como cuando decidí poner a germinar las pipas de unas chirimoyas y ahora tengo en el baño una bonita composición de 3 chirimoyos atados junto con orquídeas y un tapiz inferior de soleroila. Eso me llevó conseguirlo también su tiempo, pero con paciencia he logrado que quede una composición muy exotica en un espacio relativamente pequeño.
En si la moraleja es que si uno tiene paciencia puede lograr con el tiempo muchas cosas. En la cuestión de las plantas solo es darles las condiciones propicias a cada una y respetar su crecimiento. Con el tiempo se van formando y creando su propio espacio tanto en la casa como en nuestra vida.
Como ultimo ejemplo dejo estas futuras flores del tatsoi, que, tras disfrutar de sus hojas para preparar toda clase de platos de invierno, ahora toca dejar que pase todo el proceso natural. Así conseguiré semillas nuevas para plantar el año que viene.
Quizás el post de hoy ha quedado como un poco extraño al final. Me gustó la idea de hacer una especie de recuerdo o resumen de las plantas, sobre todo pequeños árboles, que he ido consiguiendo a través de estos años. La mayoría de estas cosas ni siquiera figuran en post anteriores, ya que eran cosas que puse mucho antes de poner el blog y luego tampoco tenía material para hacerles un seguimiento. Espero que os haya gustado, ya que es algo que es más bien emotivo que instructivo. Bueno, un poco instructivo también, porque se puede ver la de cosas que se pueden conseguir con el tiempo. Ahora estoy preparando nuevas ideas que espero compartir muy pronto, ya que llega el buen tiempo y apetece retomar con ganas el vicio este de la jardinería.
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