El tema de hoy es una webserie sobre okupación rural llamada Libres. Narra la historia de un grupo de jóvenes, en su mayoría de ciudad, que deciden irse a vivir al medio rural, concretamente a una casa abandonada que van a restaurar y, empezar así, un nuevo proyecto de vida.
Es una webserie muy interesante que enfoca el problema de la despoblación rural desde el punto de vista de la okupación de casas abandonadas, una vía por la que muchas personas optan.
La serie parte de la base de la okupación, un fenómeno que es por lo general mal visto por parte de la sociedad, y los guionistas saben, desde el principio, sintetizar muy bien toda esa preocupación sobre los okupas que existe en la sociedad. Sin querer destripar mucho la serie hay incluso un capítulo donde se muestra, a este respecto, cómo suelen actuar los medios de comunicación.
Pero más allá de que hayan okupado la casa, no dejan de ser un grupo de personas que toman las ruinas de algo que nadie quiere y lo comienzan a convertir en un hogar. Encargándose de trabajar día a día en la restauración de la casa, la creación de un huerto y fortalecer las relaciones entre sus integrantes. Es ahí cuando surge la duda: ¿de quién son las casas de los pueblos abandonados? Si quienes eran sus moradores han muerto o llevan años sin hacer uso de esos lugares, ¿hasta cuándo tendría vigencia su propiedad sobre la tierra? Son cuestiones legales que vuelven muy difícil arreglar uno de los problemas que trae consigo la despoblación rural, y es que las tierras siempre tienen dueño, ya sean herederos que no llegan a acuerdos ni saben bien lo que tienen, o bien resulta que no se sabe siquiera quién es el dueño, o en el peor de los casos han sido adquiridas por inversionistas ansiosos de poseer propiedades. Ya escribí un artículo a este respecto, sobre la dificultad de encontrar casa en el mundo rural: Despoblación rural. Por ello, si no tienes dinero, ni trabajo, ni posibilidad de avanzar en la ciudad, una opción es volver al campo. Campo despoblado, lleno de pueblos abandonados y sin apenas jóvenes, donde la poca gente que queda es mayor ya, y en muchos casos apenas pueden ya comunicarse con nadie.
Por eso, casi lo que más me gustó de la serie fue la relación de amistad que surgió entre Luna y Fernanda, donde Luna, chica de ciudad, descubre y aprende junto a Fernanda toda esa filosofía que se solía trasmitir de mayores a jóvenes y que hoy en día se ha perdido prácticamente por completo.
Por eso, casi lo que más me gustó de la serie fue la relación de amistad que surgió entre Luna y Fernanda, donde Luna, chica de ciudad, descubre y aprende junto a Fernanda toda esa filosofía que se solía trasmitir de mayores a jóvenes y que hoy en día se ha perdido prácticamente por completo.
En síntesis, me gusta de Libres, que no muestra solo la cara bonita de las cosas, sino que según transcurre la serie, los protagonistas se tendrán que ir enfrentando a una serie de problemáticas de toda índole, que demuestra, que esto de ser neorrural no es tan sencillo como parece, y menos en una comunidad con otras personas. Tampoco es difícil, pero enseña que no siempre las soluciones que cada uno creemos tienen que ser las mejores, y cómo hay que, ante todo, ponerse en la piel de la otra persona antes de tomar cualquier decisión. Es casi como un dogma de la vida en comunidad, ponerse en la piel de los demás.
Y tampoco quiero comentar mucho más sobre la serie para tratar de no destripar ningún argumento.
Y tampoco quiero comentar mucho más sobre la serie para tratar de no destripar ningún argumento.
Si te ha llamado la atención esta webserie, se puede ver a traves de youtube o en su pagina web: Libres la serie. Y si la ves puedes dejar en los comentarios qué te ha parecido esta visión de vida rural.
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