Paseando por el parque nacional de Veluwezoom me encontré en verano con un pequeño museo dedicado a las abejas. Todavía lucia el sol por Holanda y las abejas estaban en plena actividad recolectora.
Este museo es muy modesto, pero dentro se pueden encontrar los tipos de colmena más comunes y una breve historia sobre su modo de vida en los enjambres.
En realidad este espacio está más pensado como un complemento del parque que como un museo como tal. Se podría denominar casi también como una especie de aula ambiental en donde explicar, sobre todo a escolares como viven las abejas.
Este colmenar sirve también para dar cobijo a un buen numero de abejas de la zona y producir de paso una pequeña cantidad de miel de flores que luego venden en la tienda del parque natural. Un pequeño beneficio añadido para mantener el parque que hace que el visitante pueda colaborar con su mantenimiento degustando este manjar. Lo único malo esque la producción es muy baja y el precio es algo alto por ello. Yo me contenté embelesandome durante largo tiempo buscando a la reina en el panal con vidrio transparente de exposición. Que para los ojos expertos es super sencilla de encontrar, aunque para los míos, nada entrenados en estos quehaceres, entre tanta abeja no sabía ni donde buscar.
Ya dentro del colmenar podemos ver sus diferentes cajas. La mayoría similares, aunque con diferentes compartimentos. Y una pequeña colmena tradicional de paja. Atrás se pueden ver los carteles explicativos sobre como viven en los enjambres. Como se podían trastear un poco cotilleé sobre cuando se hacían las recolecciones de miel en cada uno, aunque no quería molestar mucho a las abejas y deje de trastear en las colmenas.
Siempre me han llamado mucho más las tradicionales colmenas de paja en forma de cesta. A pesar de que su construcción es más dificultosa para el rendimiento que tienen respecto a las colmenas rectangulares no dejan de tener su encanto. Pues son tan artesanales que recuerdan a como se hacían las cosas antiguamente, otro tiempo diferente donde se trataban los productos con mucho más cuidado y cariño que actualmente.
La entrada de esta colmena está un poco camuflada, pero se localiza gracias al transito continuo que hacen las abejas de dentro para afuera todo el tiempo en su búsqueda continua de néctar. Pues tienen que aprovechar las épocas de bonanza para aguantar después bien el frío invierno.
Sobre el lugar, añadir que no tiene coste de acceso alguno. Aunque es mejor acercarse cuando hay alguna actividad planeada para aprovechar a aprender muchas más cosas que yendo cuando el lugar está vacio.
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