Esto es una manera sencilla de sacar las semillas de los tomates para no tener que comprarlas en sobre o recurrir a comprar los plantones directamente.
Si ya tienes una tomatera puedes recoger algunas semillas de los tomates que te comas y guardarlas para plantarlas en la próxima primavera con lo que ese nuevo tomate el año que viene estará más adaptado a las condiciones que haya tenido ya.
En caso de no tener tomatera se pueden buscar una o más variedades de tomates para tenerlos luego en casa iguales según el gusto.
Estas variedades se encuentran en diferentes sitios, ya que un mismo mercado no siempre tiene diferentes variedades y hay que darse una vuelta por otros sitios.
Sobre todo para una casa de ciudad es mejor recurrir a variedades de tomate cherry, ya que darán más producción con un espacio reducido.
El método es sencillo, primero se comprueba que el tomate esté bien y tenga un sabor que nos guste. Luego se extraen las semillas de los tomates y se dejan secar en una hoja de periódico o algo similar. Una vez secas se pueden quitar con un poco de cuidado, porque seguramente estén un poco pegadas y para terminar se meten en un envase o envoltorio y se pueden guardar hasta cuando se vaya ha realizar la proxima plantación.
Yo cuando los pongo en la hoja suelo anotar alguna característica de su sabor, como tiene la piel o el color.
A veces es útil también apuntar datos sobre como se nos ha dado el cultivo, tales como cuantos tomates hemos obtenido, incidencias de riego, la fecha en que han salido y cualquier cosa que nos ayude a aprender para el próximo año. Ya que de un año para otro es fácil olvidarse.
Una idea interesante pero un poco caótica es mezclar varias variedades que nos gusten y luego sorprenderse de cual sale en cada mata.
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