martes, 29 de septiembre de 2015

Invernadero de tomates en Islandia

Pensar que una planta como la tomatera puede ser cultivada en un lugar frío y con poca luz puede parecer algo contradictorio. Pero después de leer este post seremos capaces de poder apostar que en Islandia se cultivan tomates.

invernaderos en islandia

De entre todos los lugares naturales increíbles que se pueden encontrar en Islandia también se pueden encontrar curiosos ingenios de los seres humanos, como son estos invernaderos de tomates. Aunque también cultivan en ciertas épocas pepinillos y frutas.

Ahora que ya va a entrar dentro de poco el periodo frío del año en la latitud norte, escribo sobre un lugar que vi ya hace casi justo un año, pues lo guardé en el cajón de los post para publicar y se quedó ahí escondido. Pero bueno, al lio.

Como bien dice el titulo del post, estos invernaderos los encontré en Islandia, en un lugar llamado Deildartunguhver, cerca de Borgarnes. Aunque me contaron que por otras partes del país también hay invernaderos similares. En general son fáciles de ver por la noche porque son como faros de luz relucientes en la inmensidad de la oscuridad. Estos que ví son invernaderos preparados para un cultivo completamente hidropónico. Aunque al aprovechar las aguas termales que hay en Deildartunguhver se podría entender que aún siendo hidróponicos son cultivos orgánicos.

tomates islandeses

Las aguas termales del lugar no solo nutren de nutrientes a los tomates, sino que los propios invernaderos se nutren de calor y de electricidad gracias a la energía geométrica que toman de ese río de agua caliente que pasa a su lado. Y cuando digo caliente me refiero a agua hirviendo. Gracias a ello, la energía utilizada para mantener los invernaderos calientes y generar la electricidad para alimentar los focos de luz es 0.

Deildartunguhver

Se puede pensar que este sistema de cultivo es muy artificial y poco ecológico. Pero debemos pensar en que obtienen la energía a coste 0 y sin crear ningún desequilibrio en el lugar. Distribuyendo toda la producción por la isla, reduciendo con ello la importación de tomates de otros países. Con lo que si hacemos un calculo del coste ahorrado en gasto de producción y transporte, tenemos como resultado que estos invernaderos son bastante eficientes en términos ecológicos. Si no tenemos en cuenta claro que en un lugar así naturalmente no existiría posibilidad alguna de que creciera un tomate, pero tampoco hay que ser radicales.

invernadero hidroponico

Y no hay que olvidar la autonomía que le brinda a una isla tan aislada como Islandia, el poder conseguir cultivar sus propios productos. Que aunque actualmente sea una isla bien comunicada gracias a la mejora de los medios de transporte, antiguamente la llegada de suministros de cualquier tipo a las colonias era prácticamente nulo.

los tomates de Deildartunguhver

Aunque allí vendían bolsas de tomates no confiamos bastante en si iban a estar buenos y no cogimos. Pero pude hacer la cata tranquilamente en un hostal cercano. No tenían un sabor muy marcado, más bien era como tomar un tomate recién sacado de la nevera, tampoco se puede pedir que sean como los tomates cultivados a pleno sol.

haciendo cata de tomates y pepinos islandeses

Hay un ultimo detalle que del que no me percate al cotillear en el invernadero, pero del que me enteré después al preguntar si tenían o no. Es el hecho de la polinización de las flores de las tomateras para que luego salgan los tomatitos. Ya que aunque los seres humanos seamos muy ingeniosos y tengamos mucha tecnología, sin la ayuda de las abejas y otros insectos polinizadores, la tarea de cosechar tomates y muchos otros frutos se complicaría enormemente. El hecho es que en los invernaderos si tienen colmenas, bien protegidas del frío, que ayudan en la polinización. Que de otro modo se tendría que hacer a pincel flor a flor.


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