Después de pasar un inverno lluvioso por las latitudes donde vivo, de repente se ha pasado todo el frío y a llegado el sol. Eso a propiciado una transformación espontanea en el jardín. He pasado de tener la mayoría de plantas en reposo o sin hojas a propiciarse un apogeo de nuevos brotes y hojas que han convertido mi pequeña terraza en una selva.
Cada mañana que salgo a la terraza me quedo un poco más perplejo que el anterior, pues si bien hace un par de semanas tenía todo practicamente tranquilo ahora todo se transforma rápidamente como en una carrera contrarreloj por ocupar el espacio.
Esto ha sucedido también por los preparatorios que hice en invierno de protección del sustrato con un buen acolchado de hojas que ahora prácticamente está desaparecido y la labor del compost de lombriz, que poco a poco con la practica y la diversidad de organismos que ya contribuyen, ha originado que exista una tierra viva que a pesar de haber estando muy húmeda todo el invierno se haya mantenido en perfectas condiciones y ahora todo brota y se llena también de flores.
Al final supongo que todo es un aporte de pequeñas cosas que hace que se pueda ir mejorando el equilibrio natural en mi espacio. Sobre todo me alegra ver que este equilibrio está lleno de vida y que ya no tengo necesidad de comprar sustrato ni comprar semillas, pues casi todo ya sale de cosas que puedo producir aún estando en una gran ciudad como es Madrid. Lo único que mi pequeño jardín ya no sigue un orden de las cosas, si no que todo se va adaptando según el lugar que más le gusta. Así salen borrajas junto al arbusto de arándanos o tagetes por doquier que protegen frente a los malintencionados trips. También aparecen sorpresas como un nuevo fresal que a salido espontáneamente de semillas perdidas. Y hay que controlar alguna que otra hierba que no interesa que se propague por todos los lados como por ejemplo el diente de león, ya que tampoco es una mala hierba, solo que hay que controlarle un poco.
No solo las plantas han dado sorpresas con el cambio de estación. En lo que se refiere a los pequeños organismos que trabajan para transformar la material me he encontrado en el compostados estas curiosas formaciones de mis trabajadores gratuitos.
De esta manera he descubierto que el jardín no es algo que surja de la noche a la mañana ya terminado, sino que es algo que se va transformando con el paso del tiempo y que no para de generar nuevas facetas sobre si mismo. Estas se ven muy bien ayudadas por la asociación de la mayor cantidad de plantas diversas posibles.
No solo las plantas han dado sorpresas con el cambio de estación. En lo que se refiere a los pequeños organismos que trabajan para transformar la material me he encontrado en el compostados estas curiosas formaciones de mis trabajadores gratuitos.
De esta manera he descubierto que el jardín no es algo que surja de la noche a la mañana ya terminado, sino que es algo que se va transformando con el paso del tiempo y que no para de generar nuevas facetas sobre si mismo. Estas se ven muy bien ayudadas por la asociación de la mayor cantidad de plantas diversas posibles.
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